6. La
Tesis del Personalismo.
Se reprocha a PODEMOS haber dejado descansar su imagen
pública, ideológica, y hasta la electoral, en un líder, en un héroe salvador de
la patria. El caudillismo no es nuevo en política antigua y moderna. Todos lo
han practicado y lo practican, y más lo hacen quienes carecen de historia
partidaria. En qué termine esto no lo sabemos. Y en este no saber anida
precisamente la metáfora del Principio Esperanza que reclamaba Ernst Bloch,
para todo verdadero profeta salvador y Savonarola que viene a purificar el
Reino en la Tierra. Pues este, el Salvador, aumenta su grandeza entre nosotros
en la medida en la que es capaz de asimilar lo desconocido, y obligarnos o
invitarnos a dar un paso al frente, para adentrarnos con él en un mundo en el
que los mapas no han sido todavía trazados. Esta tarea del héroe
–necesariamente joven, como la camarilla que rodea su Camelot-, de asimilar la
profundidad y densidad del cambio buscado en el Acto Puro de poner en marcha a
todos, es ya una respuesta suficiente para la gente. Hacia donde nos dirigimos
importa menos que saber que nos dirigimos a algún lado y que nos hemos puesto
en camino.
7. La
Tesis de una Nueva Transición.
Decía Sartre que el pasado es un lujo del
propietario, y que nadie se mete el pasado en el bolsillo, pues hay que tener
una casa para acomodarlo. En la defensa cerrada que se ha realizado de la
Transición por parte de la nomenclatura que la protagonizó anida una suerte de
derecho implícito de los Ancianos, que se niegan a entregar el poder. Para más
Inri, estos Ancianos no lo son tanto, y están vivitos y coleando muchos de
ellos, pues en su operación de desalojo de la generación que estaba en el poder
hace 35 años, ellos eran muy jóvenes, casi tanto como el equipo directivo de
PODEMOS hoy. Por debajo de este asunto de la nueva Transición hay un viejo
problema de generaciones que compiten, que como sabía Ortega, es uno de los
motores más importantes de todo cambio social. Y la gente lo percibe. Y por
ello quieren acabar con ese mundo que quiere explicar lo nuevo por lo viejo, y que
se resiste a dar un paso al costado. Para todos los que no vivieron aquellos
lejanos hechos de la primera Transición, que ya son mayoría, y que no quedaron por
tanto, por acción u omisión, vinculados a ese momento fundacional primitivo, la
resistencia al cambio constitucional, y a un nuevo consenso, se presenta como
una insoportable excusa de quienes han bautizado muchas de sus obstinaciones y
no pocas de sus torpezas con el nombre de experiencia. A PODEMOS se reclama
experiencia para gobernar, y es precisamente esa “experiencia” vivida, a la luz de lo visto,
lo que repugna internamente a quienes quieren apartar lo viejo, para que entre
lo nuevo... Este idea mítica, la de una Nueva Transición o nuevo pacto sobre el Arca de la la Alianza, o también mito de retorno al origen, es la más poderosa de PODEMOS y la que más unanimidad suscita. Recuerda un poco los debates que separaban a los republicanos durante la Guerra Civil. El objetivo cuál es: ¿ganar la guerra y desalojar a la Casta? ¿O hacer la revolución ahora?... Ahí tendrá que medirse el temple de PODEMOS.
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